Se dice que un niño o niña tiene baja tolerancia a la frustración si pequeñas adversidades le provocan enfado, rabia, tristeza o abandono de lo que persigue y esos sentimientos lo dominan hasta dejarlo sin capacidad para responder a esa adversidad de manera adecuada. Son niños que no soportan un “no” por respuesta, pequeños contratiempos, que tienen mal perder o que lo quieren todo “aquí y ahora”. ¿Por qué se produce? La baja tolerancia a la frustración es sobre todo una conducta aprendida. Es posible que determinados temperamentos predispongan a responder de esta manera, pero generalmente este tipo de conductas cuando se prolongan en el tiempo, son fruto de un proceso de aprendizaje que ahora les explico. Probablemente a las primeras reacciones de frustración (llantos, gritos, ira) los padres hayan respondido intentando solucionar y satisfaciendo aquello que frustraba a sus hijos. Poco a poco, los padres, con buena intención y sin ser conscientes de lo que hacían, han reforzad
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