Introducción
La condición humana por la cual está atravesando en este siglo XXI, reclama un detenerse para reflexionar porque se está degenerando con efectos como la violencia, el secuestro, la extorsión, el suicidio, el engaño, la mentira, el robo, en fin se puede decir que hay ausencia de valores y nos preguntamos ¿Qué está haciendo la escuela y la familia como instituciones encargadas en la formación de los sujetos por ser mejores seres humanos o de plano nos estamos encontrando con el claudicar de ciertos paradigmas que explican el proceder de la humanidad y que en estos momentos históricos ya no responden a lo complejo, pero sobre todo a la nueva visión de entender la educación holista.

Ante este escenario fenoménico lleno de caos y contradicciones humanas y sociales en el cual existe una desarticulación entre el universo, el mundo, la materia, el hombre se encuentra lejos para alcanzar la felicidad, cuando esta está tan cerca y que está presente y que por su miopía no puede verla o mejor dicho sentirla como esencia de su propio ser, porque puede más el sufrimiento y el placer como actos externos que favorecen más el pensamiento utilitarista y pragmático que la consciencia espiritual la cual debe de trascender para ser felices.
El presente ensayo recupera la relación que guarda la educación holista como pedagogía del amor universal y su relación con una serie de aspectos importantes que favorecen la esencia de la integridad humana, rescatando por poner un ejemplo; la importancia de visualizar la realidad como parte del todo, y el todo como parte, es decir dentro de esta perspectiva interconectar aspectos de la inteligencia espiritual como los estados del conocimiento, el ser interior relacionado con la conciencia y la felicidad, la importancia de la observación y la atención, la relación del Ser con el Tener. Todo este saber ser como común denominador de la práctica educativa ya que en ella se puede manifestarse la importancia de las comunidades de aprendizaje, la integridad educativa, el perfil de un docente holista, los estilos d aprendizaje y la transdisciplinariedad como una nueva forma de conocimiento.